Esta vivienda industrializada en Mugardos, A Coruña, se configura en tres módulos de diferentes alturas, desplazados y conectados entre sí, con lo que se busca la entrada de luz y las visuales al paisaje del entorno, lleno de la vegetación que nace del cauce de un río.

La fachada orientada al norte es una fachada ciega, dura, robusta, mientras que la fachada orientada al sur se abre con grandes paños de vidrio, inundando la vivienda de claridad. Una pérgola de acero corten se acopla a esta fachada para protegerla del sol del solsticio de verano, y se prolonga hasta la fachada este creando una terraza protegida y abierta, vinculada a la zona de día de la vivienda, consiguiendo una conexión interior-exterior visual y espacial entre ambas estancias.